Como en casi todo son varios factores los que se juntan en esta cuestión, el mas importante es la dejación que nuestra clase política ha ido ejerciendo por afrontar con fantasías asociadas algo que o lo queremos con los riesgos asociados porque lo necesitamos o se usa como arma electoral para rascar votos dejando el asunto en montar los molinillos y algún campo solar.
El concepto ecologismo abarca muchas formas de entender nuestro entorno, si para calentarme no tengo gas, electricidad ni ningún combustible fósil veréis lo que duran las plantas y los arboles en ser extraídos ecológicamente para leña, somos unos cretinos por creernos las bondades de quienes nos utilizan y manipulan descaradamente, los primeros esos medios de comunicación apesebrados y los segundos a quien votamos habitualmente que en vez de plantear los asuntos con lógica y pensando en el futuro nos meten en unos embolados de narices, ahora solo dependemos con el gas de Argelia...manda bemoles y en pocos años las dos únicas centrales nucleares operativas cierran por agotar su tiempo de vida, los pantanos no dan mas de si y los aerogeneradores y energía solar no cubren casi nada el consumo real.
Un desastre de país y de sus gobernantes a nivel energético, aunque se pusieran a construir centrales nucleares para compensar toda la dejadez y tontería del pasado tardaríamos al menos cinco años en ver resultados, ahora se la compramos a Francia mientras quieran y no les falte a ellos. Todo un sin sentido estratégico y tecnológico, por desgracia a pesar de los avances científicos la producción de anergias renovables o ecológicas no cubre ni de cerca las necesidades de nuestra Nación y su rentabilidad es muy escasa todavía, los molinillos necesitan un mantenimiento mas el coste de equipo e instalación muy importante y las placas solares para ciertas viviendas unifamiliares o comunidades pueden valer pero las celdas tienen fecha de caducidad y el sol necesario dependiendo donde... a veces no se da.
Y rematando nos venden ideas falsas sobre tecnologías que les quedan años en esa lucha para conseguir una rentabilidad y eficiencia equilibradas, o nos ponemos las pilas o vamos a dejar a las generaciones futuras un problemón que empieza a afectarnos inevitablemente. Es una opinión como otra cualquiera.